Mi filosofía

La belleza no es algo efímero propio de la juventud, no es una edad, no es un número.

Se trata de una elección que se puede hacer cada día: en un pintalabios rojo, el vestido que mejor te sienta del armario, leer poesía en el baño, comprarte flores, aprender los componentes de la cosmética, conducir 2 horas solo por ver el mar, comer cerezas, comprar un perfume y no decírselo a nadie, saber jugar al ajedrez, hacerte un peeling químico que potencia la luminosidad, darte un masaje, escribir todavía en papel, ir a un curso de cocina japonesa, aprender italiano, comprar las entradas para un concierto de jazz, quitarte las ojeras con ácido hialurónico, empezar clases de boxeo, un croissant de almendras porque es lunes, ver el cielo lleno de estrellas en ninguna parte, la venus de Botticelli, la mujer de la perla de Vermer y el David de Miguel Ángel…